miércoles, 18 de octubre de 2017

Chongqing: una ciudad de vértigo

A la mayoría nos gustaría tener una boca de metro a la puerta de casa. ¿Pero qué diríamos si el metro pasa por nuestra casa? Literalmente, no de forma figurada.


Es lo que les pasa a los vecinos de este edificio de Chongqing, en China. La línea 2 del monorraíl (sí he dicho monorraíl, que es un metro más molón) atraviesa un bloque de viviendas de 19 plantas.


El edificio dispone de parada propia, llamada Liziba, entre las plantas 6 y 8. Se ha cuidado especialmente el aislamiento sonoro para que los residentes no sufran los efectos del ruido y las vibraciones de los trenes.


Chongqing es una ciudad situada en el centro de China, cuya área metropolitana acoge a más de 18 millones de personas. La región es atravesada por 4 cadenas montañosas y es surcada por dos importantes ríos: el Yangtze y el Jialing. Todo esto incide en una topografía abrupta que ha motivado algunas soluciones audaces.



Hemos empezado con un plato fuerte (no todos los días se ve un metro atravesando un edificio), pero vamos a intentar que no decaiga.

La accidentada topografía ha requerido la construcción de autopistas elevadas y los chinos han hecho de la necesidad virtud. ¿Para qué expropiar un edificio si cabe debajo del puente?


Suponemos que la sombra de la estructura será bien recibida en los meses de verano.


Y para seguir aprovechando los espacios bajo la autopista ¿qué tal un parque? No les ha quedado feo del todo, pero yo no me pasearía por ahí a partir de las 9 de la noche…


Pero bueno, por muy complicada que sea la orografía y por muy chinos que se pongan, no superarán a las mega-autopistas americanas… ¿Qué no? A ver qué opináis de este enlace de ¡8 niveles!



¿Y los peatones? Pues también han pensado en ellos a lo grande… o más bien a lo alto. Atención a esta pasarela peatonal entre edificios.



Acongoja un poco ¿verdad? Pues las hay más altas.


Claro que una ciudad así es la ideal para plantar un mega-tobogán en medio de un centro comercial.


El tobogán tiene de 16 metros de altura y permite a los clientes más vagos bajar desde el cuarto piso hasta la primera planta en sólo 12 segundos.


Tiene secciones transparentes para ver el entorno mientras bajas (o para que los demás vean tu cara de velocidad).


Para colmo, a las afueras tiene una montaña con acantilados de hasta 300 metros. ¿Adivináis lo que han hecho en uno de los acantilados? Una pasarela para recorrerlo “a media altura”.


Y para terminar algunas de curiosidades: fue la capital de china entre 1938 y 1948 debido a la guerra chino-japonesa y a la II Guerra Mundial; la ciudad tiene 48 puentes sobre los ríos Yangtze y Jialing; es conocida como la ciudad de la niebla;


Y da nombre a una raza de perro poco común en occidente.






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